Estas dos palabras, aunque pueden parecer distintas, vibran en Espai Momentum como un solo concepto, pues para nosotros hablan de lo mismo.
Si entendemos el Yoga como la unión consciente con la Esencia más pura de Uno mismo, ¿Qué es esta Esencia si no la más pura Naturaleza?, ¿la más pura Vida?
A veces se nos presenta la palabra naturaleza como origen y causa de las cosas, y ¿Qué es el Yoga si no la unión con esa Fuente origen y causa de Todo cuanto existe?
La mente humana en su afán por saber, separa, analiza, concreta, lo hace para poder comprender, para poder crear desde su entendimiento y en ese camino evolutivo recorrido, tal vez hemos separado inseparables conceptos, como separar la Naturaleza de nosotros, pero todo ha sido y es necesario para nuestra evolución en consciencia.
Ya nos decían los antiguos sabios, que el Yoga se alcanza cuando cesan las modificaciones mentales (Yoga Sutras Patanjali). Es ahí cuando percibimos nuestra verdadera Naturaleza, inmutable, perenne, eso que está ahí siempre, dándose cuenta, lo que llamamos Conciencia. Ahí empezamos a conocer el Universo que al igual que el externo también es infinitud en lo interno. Como decía Hermes Trimegisto, como es adentro es afuera, como es abajo, es arriba. Por eso, el contacto con lo que llamamos Naturaleza es una fuente inagotable de sabiduría.
Todo lo que nos rodea está compuesto de los mismos elementos que nos conforman, la tierra, el agua, el fuego, el aire, el espacio (o éter). Como decía aquel divulgador, ¿Qué somos sino polvo de estrellas?… y algo más.
Observamos en estos elementos y en las distintas formas de los seres que nos acompañan los mismos procesos vitales que se reproducen en nosotros.
Vemos como la tierra da forma, nos da soporte, estabilidad, también en nosotros es la encargada de conformar nuestro cuerpo físico, de darnos ese soporte con el cual actuar en las distintas facetas de la vida.
Como el agua nos aporta la fluidez, como el río que sortea los obstáculos con paciencia y adaptabilidad, debiéramos nosotros superar esos obstáculos emocionales (miedos, rigideces…) con la misma aceptación y confianza.
En el fuego encontramos la furia, la capacidad de transmutar, de cambiar, ese fuego también está en nuestro interior, transmutando desde el alimento, a las limitaciones, trascendiendolas con el coraje que de él recibimos, cambiando lo limitante por expansivo.
¿Qué es el aire si no una invitación al movimiento?, movimiento que ordena cada cosa en su sitio, ese aire que si está en equilibrio se transforma en nuestro interior en un pensamiento positivo, en una expresión alegre, que ordena e invita a la cooperación de todos nuestros cuerpos en armonía.
Finalmente el más sutil de los cinco elementos, el espacio o éter, que todo lo compenetra, es allí donde encontramos la Esencia de todo, donde se instala la Inteligencia Creadora.
Hay tantas lecciones que aprender del río, del pájaro, del árbol, de la montaña, de una flor y sus colores, del altruismo de todos los seres por la evolución del conjunto.
Se dice que la Conciencia duerme en el mineral, sueña en el vegetal, despierta en el animal y se hace autoconsciente en el humano, por eso y solo por eso ya debería invadirnos una profunda gratitud acompañada de una inmensa y gustosa responsabilidad por seguir evolucionando a través de percibir y realizar nuestra Verdadera Naturaleza, por alcanzar el Yoga.
Subasmastu Sarva Jagatam (Que todos los seres seamos felices)
Om Shanti
Espai Momentum (Akasha)
